Llevamos décadas escuchando que un segundo idioma debe introducirse cuánto antes pero ¿verdaderamente es bueno? La respuesta es rotunda: “Los niños bilingües están mejor preparados para realizar varias tareas al mismo tiempo, tienen más capacidad de concentración y de resolución de problemas”
Realizar esta inmersión antes de los 6 años implica una mayor probabilidad de éxito en el aprendizaje de una segunda lengua
Escolarizar a los más pequeños de cero a seis años no es obligatorio en el País Vasco. Sin embargo, la escolarización durante la educación infantil sigue siendo muy habitual. Esto se debe, en parte, a los múltiples beneficios que la escolarización temprana aporta a los más pequeños, entre los cuales se encuentran la potenciación de la comunicación y el lenguaje, así como el desarrollo físico, emocional, personal y social.
Una de las ventajas más destacables de la escolarización de los niños a partir de los dos o tres años es que es el momento idóneo para aprender una segunda lengua con fluidez.
Diversos estudios describen que hasta los seis años los niños están todavía en la fase de adquisición de su lengua materna. Sin embargo, hacia los tres años ya han desarrollado en gran parte el lenguaje hablado. Muchos niños de esta edad ya dominan su primera lengua, lo que les proporciona una base sólida para el aprendizaje de una segunda lengua. Al conocer ya el funcionamiento del lenguaje y tener práctica en la comunicación con los demás, son capaces de transferir fácilmente estas habilidades a la adquisición del segundo idioma.
Son muchas las familias que, interesadas por esta inmersión lingüística para sus hijos desde bien pequeños, apuestan por un colegio plurilingüe. Y es que optar por la escolarización temprana en un entorno plurilingüe supone preparar a los niños para comprender ideas más complejas relacionadas con la lectura y la alfabetización, que suelen impartirse con mayor profundidad en la siguiente etapa. El desarrollo fonológico se desarrolla a lo largo de los primeros años de vida, para que los niños tengan una base desde la que empezar a combinar y leer con fluidez. Y por este motivo es una ventaja que puedan familiarizarse con sonidos diferentes a los de la lengua materna desde bien temprano.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, el hecho de aprender otro idioma desde muy pequeños no afecta a las habilidades comunicativas del niño en su lengua materna.
