A la vuelta de las vacaciones de Navidad retomamos nuestros objetivos del Plan de Acción Tutorial. A lo largo de este mes prestaremos atención a la importancia de comer sano, con diferentes actividades según la edad en nuestra aulas.
La alimentación en los estudiantes es extremadamente importante. Les proporciona toda la energía que necesitan para afrontar el día y las horas de estudio con eficacia. Os ofrecemos algunas pautas generales.
Necesidades nutricionales por tramos de edades y dieta para estudiantes
Es importante que se lleve una dieta para estudiantes adaptada por tramos de edades. En este sentido, el comedor escolar adquiere un papel primordial. Muchos niños y niñas toman una de sus principales comidas al día, en el almuerzo, en el colegio. ¿Cómo debe programarse la dieta en función de sus edades?
El sentido común es el que debe primar a la hora de elaborar un menú sea cual sea su edad. Las necesidades nutricionales son, prácticamente, las mismas, una vez que han pasado de bebés a adultos.
Además, es muy relevante medir las cantidades según las edades y la energía que consumen al día. No es lo mismo la aportación de calorías para un niño que realiza mucho deporte al día que para otro más sedentario ni la cantidad que debe comer un niño de 6 años que la de uno de 14. Se deben componer de alimentos frescos (principalmente, de todos los grupos de alimentos). Es decir, deben contener pescado y carnes frescos, lácteos y huevos, legumbres, cereales, pastas, verduras y frutas.
Los congelados y precocinados, tales como croquetas, empanadillas y pescados rebozados, se deben reducir al máximo. En cuanto a los postres, siempre se debe apostar por la fruta y los lácteos con poco azúcar. En cualquier caso, las natillas y otros postres del supermercado sólo se deben incluir en alguna ocasión, como sorpresa para los niños.
Por lo que respecta a las bebidas, lo mejor es el agua. Los zumos y refrescos industriales se deben evitar al máximo.
Asimismo, el aceite con el que se cocina es una parte fundamental. Se aconseja usar siempre aceite de oliva y evitar su excesivo aprovechamiento para las comidas.
Es muy importante que las preparaciones sean saludables. Es decir, se deben primar los platos preparados al horno, a la plancha o en olla y en menor medida los fritos.
Por último, para motivar a los más pequeños, se deben hacer preparaciones atractivas que les animen a comer alimentos poco llamativos para ellos, como, por ejemplo, las legumbres.